Para poner en práctica lo aprendido con el carboncillo y las proporciones y el encuadre, pasamos a dibujar el bodegón donde aparece una botella de agua, un libro y una manzana.
Cuando ya estuvo hecho, se pasó a dar color a este dibujo mediante el uso de témperas, acuarelas o, en mi caso, pinturas acrílicas, las cuales ni empapan tanto el papel como es necesario con acuarelas, ni es tan espesa como las témperas.
Para comenzar, la botella estaba llena de agua, lo que le aportaba diferentes tonos de azules, de esta forma, al darle color, procuré darle profundidad jugando con aclarar u oscurecer el tono de azul que había obtenido, lo que puede apreciarse en la imagen de a continuación.
Posteriormente, para el libro, un amarillo claro que junto con blanco me permitió dar las diferentes tonalidades. Y para la manzana, al tener pequeños tonos de amarillo, busqué el color que más se asemejase a la hora de darle a la manzana los colores que tenía de una forma uniforme y que quedase integrado con la base roja que ya tenía.
El resultado final fue este:
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